Aún no tengo decidido cuál va a ser mi propósito para 2014... Parece que se me está echando el tiempo encima, ¿no? Estoy dudando entre sobrevivir en medio de una macroeconomía a la que no le importa lo que le pase a la microeconomía y sobrevivir a una Administración que no le importa cuánto exprimir a los pequeños empresarios y asalariados. Cuanto más lo miro, más se parece una cosa a la otra.
En medio de esta duda, me encuentro que, por primera vez desde que tengo memoria, se hace relacionar algún dato económico positivo con la campaña de recolección de la aceituna. La noticia del diario Cinco Días señala la buena cosecha como un elemento que ha contribuido a la disminución del desempleo.
Eso está muy bien. El hecho de que la renta agraria no haya aumentado (más bien lo contrario) en los últimos años no parece que sorprenda mucho. Los precios a los que se está vendiendo el aceite o el coste de recolección parece que no son noticia, como tampoco la especulación, el oligopolio de los compradores y la tiranía de unas subvenciones que están diseñadas para hundir el sector.
Está bien que se acuerden de la aceituna, de la que Jaén es la primera productora mundial, pero por desgracia se han quedado en la cáscara.
De este modo, estoy pensando que mi propósito para el año ya comenzado es que ojalá nos dejen a los que vivimos de la aceituna decidir nuestra suerte, sin ayuda. Para la ayuda que nos dan, mejor ninguna...
En medio de esta duda, me encuentro que, por primera vez desde que tengo memoria, se hace relacionar algún dato económico positivo con la campaña de recolección de la aceituna. La noticia del diario Cinco Días señala la buena cosecha como un elemento que ha contribuido a la disminución del desempleo.
Eso está muy bien. El hecho de que la renta agraria no haya aumentado (más bien lo contrario) en los últimos años no parece que sorprenda mucho. Los precios a los que se está vendiendo el aceite o el coste de recolección parece que no son noticia, como tampoco la especulación, el oligopolio de los compradores y la tiranía de unas subvenciones que están diseñadas para hundir el sector.
Está bien que se acuerden de la aceituna, de la que Jaén es la primera productora mundial, pero por desgracia se han quedado en la cáscara.
De este modo, estoy pensando que mi propósito para el año ya comenzado es que ojalá nos dejen a los que vivimos de la aceituna decidir nuestra suerte, sin ayuda. Para la ayuda que nos dan, mejor ninguna...
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