Hace ya mes y
medio que comenzó el plazo para la adaptación de los estatutos de
las cooperativas andaluzas de primer grado a la Ley 14/2011, de Sociedades Cooperativas
Andaluzas y aún hay quien le está dando vueltas a cómo
enfrentarse al asunto.
Finalmente, hay que tener claro que el proceso de adaptación de los estatutos no se limita a tener un texto más o menos coherente, sino que hay que informar a los socios y someter su aprobación a la Asamblea General.
En definitiva, un camino complejo que exige mucha y buena información para que se culmine con éxito.
Las cooperativas
de trabajo asociado y las federaciones de cooperativas dispusieron de un primer plazo hasta el 10 de
agosto que debía de ser como un calentamiento para que
las entidades y la administración fueran afinando el proceso y éste se desarrollara con facilidad.
La verdad es que se trata de dos realidades muy distintas que al
final nos han puesto de nuevo en la casilla de salida; vamos, como si
no hubiéramos aprendido nada. El ritmo de inscripción, al menos,
nos lleva a pensar eso. La Consejería de Economía y Conocimiento, a pesar de su buen
hacer y de la ayuda que está prestando, no puede ir más lejos. Cada
cooperativa debe asegurarse de que cuenta con la información
pertinente para no dar un paso en falso.
Para comenzar, un problema muy
importante es que muchas cooperativas no tienen una información muy
precisa sobre cuál es realmente su situación registral. No es
extraño encontrarse que algunas están atrasadas en la presentación
de cuentas, o en la inscripción de sus órganos de administración y
cuando van a dar el paso se encuentran con el registro cerrado. Una
comprobación previa, siempre necesaria, es ahora imprescindible.
Por otra parte,
muchos órganos de administración de cooperativas conocen
relativamente poco sus propios estatutos (no digamos la normativa de
cooperativas que, aún siendo escueta, es capital para la marcha
diaria de cada sociedad) y se enfrentan al trámite de la adaptación
estatutaria con grandes dudas y con la sensación de que es una tarea
inabarcable.
La experiencia
que hemos recogido en el proceso de adaptación de cooperativas hasta el 10 de agosto nos hace conscientes de que
el primer paso es acercar los estatutos a los dirigentes, para luego
guiarlos por el camino de la adaptación con pasos seguros y medidos.
Algunas
cooperativas piensan que todas las posibilidades que les ofrece la
Ley de Cooperativas Andaluzas deben ser recogidas en el nuevo texto
estatutario, pero, aún siendo cierto, no deben olvidar que la
importancia del asunto no debe llevarlos al camino de la complejidad.
Esto conllevaría que los estatutos de la cooperativa se puedan
convertir en un galimatías que ni los más preparados puedan
entender.
Finalmente, hay que tener claro que el proceso de adaptación de los estatutos no se limita a tener un texto más o menos coherente, sino que hay que informar a los socios y someter su aprobación a la Asamblea General.
En definitiva, un camino complejo que exige mucha y buena información para que se culmine con éxito.
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